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La dieta de los niños y adolescentes para adelgazar es menos restrictiva que la de los adultos

La dieta de los niños y adolescentes para adelgazar es menos restrictiva que la de los adultos

La creciente epidemia de obesidad en el mundo alcanza de forma bastante grave la infancia y la adolescencia. En Brasil el exceso de peso infantil se ha triplicado en los últimos 20 años, hoy se estima que el 30% de los niños y adolescentes brasileños están por encima del peso. Junto con estos números, seguimos en paralelo el aumento de enfermedades de adultos cada vez más presentes en nuestros niños como la diabetes tipo 2, la presión arterial e incluso la grasa en el hígado.

Estos datos alarmantes cambiaron completamente la forma de tratar a ese grupo y todavía representan un gran desafío para los profesionales de la salud involucrados en su tratamiento. Hasta muy poco tiempo atrás, no se proponía pérdida de peso para niños o adolescentes que aún no habían entrado en el estiramiento de crecimiento. Se creía que la restricción calórica pudiera influir negativamente en el desarrollo adecuado de ese grupo.

Actualmente, sabemos que el exceso de peso sí puede influenciar negativamente el desarrollo adecuado de los niños y puede, incluso, anticipar la pubertad. Todo ese conocimiento trajo la confianza de recomendar dietas con privación calórica. Pero ese es un proceso que exige cautela. La restricción de la energía debe calcularse adecuadamente para que los niños reciban suficiente energía para garantizar su crecimiento. Esta es una fase en que las dietas de la moda o sin orientación médica y nutricional pueden comprometer la salud de forma irreversible, influenciando el desempeño cognitivo y estatura final.

El desafío mayor esta en conseguir alimentar adecuadamente a niños y adolescentes. Esta es una fase de la vida donde los hábitos alimenticios todavía no están completamente formados y, lo peor, es muy probable que hayan sido alimentados desde pequeños con alimentos altamente calóricos, ricos en azúcar o sal y con mucha grasa. Un paladar construido a partir de señales tan intensas no puede cambiar rápidamente. Este ya es un proceso difícil para adultos que tiene la comprensión real de los riesgos, para los niños que no entienden ese concepto de salud, y aún, para adolescentes naturalmente rebeldes, es prácticamente imposible recrear nuevos hábitos. Lo que hace el proceso de adelgazamiento mucho más difícil para niños y adolescentes que para adultos.

En esta fase de la vida las negociaciones son más importantes. No se prohíbe comida rápida, se negocia cuántas veces a la semana es posible consumir tales alimentos. Así como, no se obliga el consumo de frutas y verduras, pero se crea un vinculo capaz de hacer que al menos una vez por semana esos alimentos formen parte de la dieta regular. Como es una fase de crecimiento del estado, que contribuye mucho al alcance del peso ideal, puede ser que tenga mucho más concesiones alimenticias, facilitando el seguimiento del tratamiento.

No son tareas simples, es necesario habilidad para lidiar con ese público y la adhesión familiar es fundamental para que, poco a poco, el joven pueda cambiar su comportamiento alimentario. Cuando hay un niño en tratamiento en casa, aunque haya otras con peso normal, la regla alimentaria debe siempre ser basada en la dieta privada. Todos, incluso los padres, deben pasar por las mismas privaciones. Esto significa que toda la familia está en tratamiento, no sólo el niño. En el caso concreto de la nutrición de los jóvenes, algunos alimentos son esencias y necesitan entrar en la alimentación cotidiana. Uno de los más importantes es la leche, fuente principal de calcio, fundamental para el crecimiento. No hay riesgo en ofrecer leche descremada, que preserva los nutrientes importantes y sólo no contiene gran cantidad de grasa. Recetas atractivas como leche batida con frutas, que recuerde un milkshake, pueden ayudar en el proceso de reintroducción de la leche al hábito cotidiano. Este es un alimento cada vez más escaso en la alimentación de niños y adolescentes, siendo muy sustituido por jugos de fruta o soja artificiales, que además de no ofrecer al organismo en formación nutrientes esenciales, esas bebidas son ricas en azúcar y están en la cima de los alimentos responsables de la epidemia de aumento de peso.

Las carnes de forma general, (vacunas, porcinas, pollo y pescado) también son importantes para el crecimiento y el desarrollo. Pero muchos niños tienen pereza de masticarlos y presentan cierta repulsa al consumo.

La tendencia de los padres en estos casos es sustituir por carnes procesadas como hamburguesas y nuggets, esos rápidamente aceptados por los pequeños, normalmente suaves y muy sabrosos. Desafortunadamente, también es común encontrar en los menús escolares esa sustitución. Al menos una vez por semana se sirve salchicha o nuggets. Estos productos, además de altamente calóricos, no son fuentes de nutrientes importantes como hierro y zinc.

No ha sido raro encontrar niños por encima del peso con anemia, lo que influye en su desempeño escolar y desarrollo. En el proceso de adelgazamiento de niños y adolescentes es necesario descubrir qué mecanismo más aceptado para que las carnes puedan ser introducidas en las comidas de ese grupo. Los dulces preparados con hamburguesa casera pueden ser una alternativa.

Las vitaminas y los minerales también son importantes y muchos productos infantiles se complementan con todos ellos. Esta no es la forma más adecuada de ofrecer todos estos nutrientes a nuestros jóvenes, pero es de gran valor hasta que los hábitos alimenticios cambien.

El cuidado de niños y adolescentes es realmente un proceso muy desafiante, pero esta es una pelea necesaria y los los frutos cosechados representan la formación de una generación sana capaz de evitar la obesidad en sus hijos.


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