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Los padres deben comenzar a estimular la mente y la creatividad del niño en los primeros años de su vida. [

Los padres deben comenzar a estimular la mente y la creatividad del niño en los primeros años de su vida. [

En el primer ciclo (0 a 2 años), el niño prioriza el instinto. En el segundo ciclo (2 a 4 años) ya comienza a unir ese impulso con los pensamientos, y en el tercer ciclo (4 a 6 años) el niño ya es 100% estrategia, entiende, por lo tanto, cómo actuar con base en la razón. Y los juguetes deben acompañar esa lógica.

Renata también alerta para la calidad de los juguetes: "Es preferible tener pocos juguetes de óptima calidad que muchos, pero malos", dice. El ideal es dar preferencia por juguetes que no corran el riesgo de soltar tinta o romperse con facilidad - al final, si se rompe en pedazos pequeños, el riesgo de accidentes es grande.

Veamos ahora qué juguetes más recomendados para cada uno de los ciclos y por qué invertir en ellos:

Bebé - Foto Getty Images

De 0 a 2 años

En ese período de la infancia el niño está pasando por su fase de expresión oral, o sea, de interacción con el mundo. La pedagogía afirma que en esa fase el niño debe ganar juguetes que aguden esa interacción.

Los juguetes deben proporcionar asociaciones, proceso llamado de conflictos cognitivos, que no son más que el reconocimiento de una acción. Es simple. Por ejemplo, el niño empieza a jugar una pelota en el suelo y se da cuenta de que la pelota vuelve a ella.

De esta forma, el niño reconoce que cada vez que juega el balón en el suelo, vuelve. A partir de ese conflicto cognitivo ocurre la intencionalidad, o sea, el niño crea la intención de practicar el acto. En el caso del balón, ella comenzará a jugar la pelota en el suelo con la intención que la pelota vuelva a ella.

Este proceso es importante para el desarrollo del niño, que pasa a reconocer que fue responsable de determinado resultado, afirma Renata. "Es por eso que la mayoría de los niños en esa franja etaria juega las cosas en el suelo o en la pared", dice Renata. "Ellos se sienten bien interfiriendo, sienten responsables de tal acontecimiento", completa.

Todo padre debería saber que los juguetes no fueron hechos sólo para entretener.

Lo que es importante priorizar en la elección del juguete:

los objetos grandes, ligeros, redondeados, que despierten la atención de alguna manera (haciendo ruido, con colores diversos, que tengan un formato diferente).

"Los juguetes deben ser grandes para el bebé no ponerlos en la boca y correr el balón el riesgo de sofocar ", señala Renata. Lo ideal es que los juguetes sean sólo de plástico y no tengan más de cuatro o cinco colores, pues el niño aún no está acostumbrado a "exceso de información".

Bloques de colores - Foto Getty Images De 2 a 4 En el caso de los niños, el niño ya puede separarse del adulto y percibir que es un ser único, por lo que su repertorio cognitivo es ampliado.

Y los padres deben acompañar ese desarrollo, ofreciendo al hijo un repertorio igualmente variado. "Los padres ya pueden ofrecer juguetes que exploten el intelectual del niño, como rompecabezas o juguetes de encaje", dice la pedagogía.

Lo ideal es que los nuevos juguetes sean una extensión de los viejos, sólo que con nuevos desafíos, cuenta Renata. Si el niño tenía un juguete de encaje con tres piezas, ahora puede jugar con uno que tenga siete piezas en formatos y colores diferentes.

Es importante también insertar en los juegos del niño el mundo al que está acostumbrada. Un buen ejemplo son juguetes con figuras o una temática que ella conozca. [

] Los padres pueden, por ejemplo, llevar al niño al zoológico y luego comprar un pequeño juego de la memoria con algunos de los animales que ella vio allí. > A partir de los 3 años ya es posible insertar el universo letrado en las bromas, como juegos de completar palabras y añadir letras ", afirma Renata. "En ese caso también es importante relacionar las palabras a cosas de lo cotidiano", completa. Los padres pueden presentar la figura de un bicho y relacionar la primera letra con el nombre del niño, como "Girafa" y "Gisele".

Lo que es importante priorizar en la elección del juguete:

juegos de montar y encajar , juegos muy simples de memoria, con elementos comunes como frutas, animales y juguetes. Las figuras deben tener sentido para el niño. Juguetes con una gran variedad de sonidos.

Los materiales deben variar: si antes sólo se recomienda el plástico, ahora es posible añadir piezas de madera o poliuretano. Las texturas también deben ser diversas, para que el niño reconozca la diferencia entre suave, áspero y blando, por ejemplo. "El tamaño de las piezas ya puede ser un poco menor, pero nada que ella todavía pueda llevar la boca y sofocar", alerta la pedagogía.

Niño disfrazado - Foto Getty Images

De 4 a 6 años

" "A los cuatro años es como si el mundo del niño se descortase a la vida, ella comienza a tener autonomía para tomar decisiones y hacer elecciones", afirma Renata.

A diferencia de la oralidad inicial, donde el niño parecía poner todo "hacia dentro, en esa fase ella expone todo lo que piensa. Los juguetes de esta fase de la infancia deben explotarlo. No hay nada que pueda ser obvio para el niño, que debe afrontar grandes desafíos. Los juguetes de montar, por ejemplo, ya pueden tener piezas más pequeñas y en mayor cantidad, entre 50 y 100. Y los juegos de memoria pueden ser más complejos.

Los juegos deben despertar la mente del niño, que tendrá que pensar para interactuar con el juego? que es una de las más grandes de la historia de la humanidad, que se ha convertido en una de las más antiguas del mundo. la cabeza, un juego de la memoria o montar una historia.

Lo que es importante priorizar en la elección del juguete:

la fantasía. "Cuando el niño representa un papel, ella construye su identidad como persona", dice Renata.

En esa fase, buenos juguetes son objetos de la casa en general, como calculadoras, gafas, bolsas, embalajes de alimentos, entre otros. Todo lo que posibilite al niño jugar a "gente grande".


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