¿Cómo colocar límites en un niño autista?

El autismo se caracteriza, entre otros síntomas, por rigidez e inflexibilidad del pensamiento, lenguaje y comportamiento. El niño tiende a adoptar una rutina propia, con rituales específicos y presentar gran sufrimiento al tener que renunciar a los mismos, como interrumpir gestos repetitivos y cambiar de ambiente. Por eso mismo, los padres pueden acabar teniendo problemas al tratar con los niños, y dudas como? Cedemos a sus amenazas o resistimos ??. Pero, como todo hijo, ellos necesitan límites para crecer felices, con o sin autismo.

El niño autista tiene más problemas en ser contrariado?

Por el déficit cognitivo, dificultad para expresar sentimientos, presencia de comportamientos obsesivo-rituales, la comprensión literal del lenguaje, la no aceptación a cambios y dificultades en los procesos creativos, el niño autista puede tener crisis de furia ante los cambios impuestas. Cuando es contrariada y oye un "no", ella se ve ante la frustración y puede reaccionar con mucha rabia. La imposición temprana de límites en esos niños es esencial, aunque bien dolorosa, principalmente si los padres exageran en la emoción o culpa, la razón. Una sugerencia es establecer límites ya en los primeros años de vida del niño, facilitando su aprendizaje. Cuanto antes el niño aprenda a lidiar con límites, rabia y frustración, mejor será su capacidad adaptativa. Es responsabilidad de los padres la decisión de lo que el niño puede o no hacer y lo ideal es que se haga sin pena y sí con la certeza de que se está haciendo lo mejor para su futuro.

La definición de reglas a un niño no es fácil, independiente del diagnóstico de autismo, tanto que dificultades en dar límites son ampliamente descritas en la literatura de niños con otros trastornos e incluso en niños sin problemas aparentes. En cualquier situación es sabido que el establecimiento precoz de límites es esencial para cualquier niño, ya en sus primeros años de vida.

En los niños autistas, cuanto más precoz es la colocación de límites, menos penoso será el manejo con el niño al niño largo de la vida y más fácil será su aprendizaje y su capacidad adaptativa en la vida. Cuanto más claros y objetivos sean los padres, más rápido el niño entenderá lo que se espera de ella, facilitando su comprensión de cuando el "no" es en realidad un "no". La autoridad parental debe ser ejercida sin autoritarismo y la última palabra tiene que ser siempre de los padres.

Cuando el grado es más severo

Los niños con grados más severos de autismo ciertamente demandarán más esfuerzos parentales en la colocación de límites, hasta por la cuenta de los perjuicios cognitivos y comportamentales son más crónicos. Es posible que el sistema nervioso central sea más inmaduro y el cociente de inteligencia (CI), menor. Estos déficit cognitivos pueden dificultar la comprensión del seguimiento de reglas de obediencia, de la capacidad de lidiar con la figura de autoridad y de interrumpir una actividad placentera del momento. Los casos más graves tienen una demanda de definición de límites más precoz, para una mejor educación, sociabilización y maduración cerebral, así como en la promoción de la salud global del sistema familiar.

Equilibrio entre estímulo al desarrollo con los límites

El compromiso de los padres con el estímulo y consecuente desarrollo de las habilidades infantiles hace toda la diferencia. Sólo que ningún niño es igual a la otra. Por lo tanto, cada familia deberá seguir una receta personalizada y única para el niño autista.

El conocimiento de la enfermedad, el sentido común y la determinación deben ser tenidos en cuenta en el manejo del niño. Su estimulación, por lo tanto, será individual y de acuerdo con sus características, cuyos límites tendrán que ser respetados y dentro de lo que ella es capaz de soportar. Los estímulos adecuados funcionan como refuerzos positivos al comportamiento del niño.

Las habilidades de un niño autista pueden ser altas o bajas, dependiendo del coeficiente intelectual y de la capacidad de comunicación verbal. Con el tratamiento precoz y adecuado, algunos niños autistas podrán desarrollar aspectos de independencia a lo largo de la vida. Es del equilibrio entre la estimulación y el freno en esos niños que ellas desarrollarán al máximo su potencial y habilidades de vida, teniendo en cuenta sus límites y el contexto al que se inserta.

Buscando ayuda

las terapias familiares son una de las piezas claves a la educación del niño autista. La familia no debe abandonar su ocio, el bienestar y sus límites. El niño autista debe ser tratado como un miembro de la familia y no como un "soberano" o un enfermo, a quien todo está permitido.

Se recomienda que los padres conversen entre sí y decidan las reglas de la casa. Los padres de opiniones diferentes crean un entorno familiar confuso, con varios canales diferentes de comunicación. Sin parámetros definidos, el niño puede desafiarlos. Ella aprende que insistiendo exhaustivamente, acabará obteniendo lo que desea, pues los padres terminarán cediendo. El niño manipula a los padres "tiranicamente", con total subordinación de los padres a los deseos y caprichos del niño.

Los padres necesitan ser firmes y taxativos en la mirada, postura, palabras y actitudes. Jamás gritar o golpear. Resistir al llanto y gritos del niño, sólo conteniendo comportamientos autoagresivos. Una rutina diaria, justa y coherente favorecerá una relación de confianza, en la que los padres instruyen y ofrecen un modelo positivo a seguir.

Otra sugerencia importante es el diálogo. Espera un momento tranquilo en casa y habla con tu hijo, explícate por qué no podrás satisfacerlo siempre. A veces, no dar ninguna alternativa también es una buena. Si la hora de salir del equipo es 17h, debe salir en ese horario y punto final. Creando costumbres con coherencia, el niño tiende a ser menos resistente a las reglas.

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