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Problemas en la lactancia favorecen la depresión posparto

Problemas en la lactancia favorecen la depresión posparto

Un estudio que se publicará en la edición de agosto de la revista Obstetrics & Gynecology concluyó que las madres con dificultades de lactancia en las primeras dos semanas de vida del bebé tienen más probabilidades de sufrir depresión de depresión postparto. El análisis tuvo iniciativa de un profesor de la UNC School of Medicine , en los Estados Unidos.

La investigación recogió datos de 2.586 mujeres que tuvieron depresión después de dar a luz. A continuación, tratando de encontrar alguna semejanza entre ellas, los investigadores descubrieron que gran parte de ellas pasaba o había pasado por un período de resistencia contra la lactancia.

Los resultados revelaron que las participantes que relataron no gustar de amamantar tenían 42% más probabilidades de sufrir de depresión posparto. Además, las mujeres que reportaron mucho dolor en el primer día de la experiencia tenían una probabilidad dos veces mayor de tener la enfermedad.

El estudio es importante no sólo para las instituciones de salud, que pueden diagnosticar la depresión desde el principio, pero también para las madres, que deben ser conscientes de que la lactancia no debe ser una experiencia negativa.

Síntomas de la depresión posparto

El embarazo fue deseado, el parto ocurrió dentro de la normalidad, el cuarto del bebé es un encanto, la familia está en estado de gracia con el pequeño ... Pero la idealización de la felicidad de la nueva mamá en los primeros días, sin embargo, puede romperse debido a sentimientos confusos, que involucra tristeza, irritación, sensación de incapacidad. En este caso, quédese atenta, pues usted puede estar sufriendo de depresión posparto.

Los síntomas son innumerables y pueden iniciarse con llanto sin motivo, irritabilidad, intolerancia al marido y familiares, insomnio, inapetencia, agresividad y pasividad.

La mujer en depresión posparto raramente presenta alteración en la capacidad de cuidar de su bebé. Es decir, no lo abandona la suerte. Esta dificultad ocurre sólo en los casos más graves. En estos casos, los médicos pueden indicar la introducción de la medicación hasta que se normaliza la situación.

La enfermedad también se categoriza como tristeza definida como baby blue o depresión fisiológica, trastorno de humor transitorio, en el que los síntomas aparecen alrededor del quinto día después del parto, debiendo desaparecer después de dos semanas. Si esto no ocurre, se caracteriza una depresión patológica. La psicosis puerperal es mucho más grave, pues presenta un cuadro delirante, a menudo alucinatorio, que aparece en el segundo día después del parto y puede durar hasta tres meses después del nacimiento del bebé.

El autodiagnóstico es difícil. Muchas veces, la mujer cree que sólo está cansada y con falta de energía, además, ella puede sentirse culpable por la tristeza que está sintiendo. Por eso, si se observa inestabilidad emocional, lo mejor es conversar con el ginecólogo, que puede evaluar con más precisión y hacer el encaminamiento a un especialista, que puede ser un psicólogo o un psiquiatra.

Mujeres que ya pasaron por la depresión post- -parto en la primera gestación tienen más probabilidades de presentarla en el segundo embarazo. Por eso, es esencial conversar abiertamente con el obstetra que acompaña el embarazo, relatando todo el historial personal, buscando tratamiento preventivo.


La participación del padre durante el embarazo favorece el vínculo con el bebé

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La pubertad muy rápida puede provocar riesgo de depresión y ansiedad

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