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El éxito de la cirugía bariátrica depende de los cambios de hábito
¿Listo para la cirugía? Esto es lo que la mayoría de los pacientes creen cuando deciden optar por la cirugía bariátrica, tal vez movidos por el coraje del momento o por creer que es la forma más fácil de perder peso. La cirugía bariátrica es un procedimiento que busca promover la pérdida de peso de forma rápida y eficaz, a pesar de innumerables textos informativos, sitios, comunidades y blogs acerca del asunto, queda claro cuánto la negación de la realidad forma parte de ese contexto. pero los datos estadísticos revelan que muchos pacientes vuelven al peso anterior debido a dificultades para mantener una alimentación sana y adecuada.
La cirugía bariátrica es indicada para pacientes con IMC (índice de masa corporal) igual o superior a 40 y con comorbilidades asociadas, es decir, portadoras de diabetes, hipertensión, problemas articulares, entre otras enfermedades que ponen en riesgo la vida del paciente. En estos casos, la cirugía termina siendo la salida más adecuada, pues mejorará la calidad de vida de estos pacientes, además de disminuir el riesgo de las enfermedades asociadas.
Muchos son los factores que necesitan ser adecuados para la realización de esa intervención. Por lo tanto, es esencial contar con un equipo de profesionales del área de la salud que evaluará al paciente, verificando si es apto o no para ese procedimiento tan invasivo.
La psicología también tiene un papel fundamental en este proceso, pues evaluará si el paciente está o no preparado para enfrentar los nuevos cambios.
Estos cambios no son sólo alimentos, pero también conductuales. Después de un buen plato de comida, conseguimos encontrar varios otros sentimientos y creencias que llenan la vida de esas personas, ganando así el significado no sólo de nutrir el cuerpo, sino el alma.
La cirugía bariátrica también requiere cambios drásticos los hábitos alimentarios, sociales y del comportamiento. Junto con las alteraciones corporales surgen a menudo dificultades de adaptación a la nueva vida y de adhesión al tratamiento, lo que puede poner en riesgo el éxito de la cirugía. En este sentido, el paciente debe ser evaluado y acompañado por el equipo multidisciplinario que estará involucrado en el tratamiento a intervalos regulares para monitorear su funcionamiento psicológico (Fandiño et al., 2004).
El problema es que ese seguimiento es descuidado por gran parte de los pacientes, que creen que el simple acto de la cirugía en sí, tiene la capacidad de cambiar hábitos instalados hace años, como si el corte real afecte el deseo cuando, en realidad, el corte es sólo en el cuerpo.
quirúrgico puede ser muy complicado. Algunas personas cambian la compulsión por comida, por el alcohol o por compras y hasta entran en depresión o cortan relaciones por dificultad de lidiar con la nueva imagen corporal. En el caso de la cirugía bariátrica, el paciente necesita ser consciente de que el éxito de la cirugía está en sus manos, y que el paciente necesita tener conciencia de que el éxito de la cirugía está en sus manos y que él es responsable de practicar actividades físicas, cambiar sus hábitos alimentarios y promover su propio bienestar emocional. Si no puede comprometerse con las etapas fundamentales de este proceso, podrá recuperar el peso perdido y la carga emocional del peso cargado, lo que puede llevar a cargos internos aún mayores.
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