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Entender mejor los sentimientos detrás del suicidio

Entender mejor los sentimientos detrás del suicidio

El mes de septiembre se dedicó a hablar sobre un asunto de extrema delicadeza en el mundo: el suicidio. Este tema aborda una realidad difícil de lidiar, encarar y hablar, levantando y moviendo en un fuerte tabú social. Los tabúes son siempre difíciles de considerar, escuchar y hablar. Gastamos mucho tiempo, energía, reglas y defensas diversas para negarlos y para fingir para nosotros mismos su inexistencia, pero si es un tabú es porque existe, y si existe, necesita ser visto para que se pueda al menos pensar en cómo manejarlo con el objeto de quitar la propia vida, no es una cuestión sólo actual: él siempre existió en la historia de la humanidad y en algunas sociedades y culturas ya se ha visto incluso como acto de coraje y merecedor de reconocimiento social, incluso porque la muerte no era vista como algo malo o como pérdida o fin. Pero conforme la sociedad vivió sus modificaciones culturales y reestructuró sus normas, reglas y deseos, la idea de la muerte también cambiando y ganando la idea de que debía ser evitada, así como de que era algo para luchar contra.

En conjunto se fue fortaleciendo la idea del deseo de vivir y vivir por mucho más tiempo, para "disfrutar" de los placeres que la vida podría o debería proporcionar y con ello la posibilidad de no querer vivir, de cansarse de la vida o de no estar feliz fue siendo reprimida. Básicamente se creó la fantasía de que el ser humano debe tener en su esencia un deseo de ser feliz y un querer vivir mucho, además de agradecer por la vida, independientemente de su condición, no permitiendo que los deseos inversos fueran considerados.

¿Puede motivar el suicidio?

Hablar de suicidio es recordar que todos nosotros tenemos dentro de nosotros deseos e impulsos naturales y humanos de vida y muerte, de placer y displacer y que a pesar de la mayoría de las veces y la mayoría de las veces prevalece el deseo vital, no significa que esa misma persona no tenga el deseo e impulso de matar morir.

Sí, el suicidio es un acto o intento de matar (a sí mismo) y morir. Es un conflicto humano y que poseemos desde siempre en nuestro Yo. Para vivir y seguir adelante con nuestra vida pasamos por innumerables experiencias y pruebas, donde sin darnos cuenta, decidimos entre el vivir y el morir, entre el continuar o parar. > Siempre que optamos por continuar y por seguir un camino, optamos también por finalizar, acabar o matar algo en nosotros mismos o en nuestra vida, pudiendo ser en un acto concreto (como salir de un empleo a otro, por ejemplo). Pero incluso en nuestras cuestiones internas y emocionales, matamos continuamente en nosotros mismos y en nuestras vidas momentos, situaciones y sensaciones. A pesar de la angustia que las elecciones nos causan, normalmente tomamos las decisiones con intención o esperanza de encontrar alivio y o una nueva oportunidad de sensaciones, o con la voluntad de no más sentir o vivir aquello que estaba tan mal y difícil. es importante pensar sobre este tema, pero no sólo en el acto en sí o en el anhelo de evitar que ocurra (claro que eso es muy importante), pero invito a todos aquí a reflexionar que cuando hablamos sobre el suicidio, no sólo podemos pensar que, tratar de una cuestión de felicidad o tristeza, hacer o no hacer el acto, pero mucho más que eso (y siempre muy particular a cada caso).

Se trata de una situación límite, de un conflicto límite, una angustia límite ... Y el límite aquí es entre el vivir o morir, entre el matar algo en sí mismo para vivir o morir. Si todos los días de nuestras vidas nos hacen esta elección sin darse cuenta (ya que es el inconsciente)

IMPORTANTE :.

cuando menciono matar, no me refiero a cualquier acto criminal, por el contrario, pero significa -me el movimiento natural que poseemos por eliminar, destruir o matar angustias que nos impiden seguir la vida o que nos causan mal.

En cuanto una persona se ve en una situación suicida, además del deseo o atracción por la muerte, también está involucrado el deseo de eliminar, destruir o matar aquella angustia que es tan difícil de lidiar, angustia esta que bordea lo insoportable y por eso la idea del " y que el hombre que busca el suicidio quiere morir o sólo quiere aliviar su angustia?

Ante todo, es necesario siempre y en todo caso tener en cuenta la necesidad la particularidad de cada uno, momento y cultura, pero siguiendo mis estudios psicoanalíticos, me arriesgo a responder que esta persona quiere las dos cosas. Sí, ella desea aliviar la angustia que para los demás puede ni tener sentido, pero para ella es o es insoportable y por eso quitar la propia vida puede parecerle atractiva, pues lo que le mueve no es la muerte en sí, sino sólo la desesperación de no aguantar más lo que se vive y siente. No hay miedo de la muerte, hay en la verdad miedo de la vida que se tiene y, para admitirlo, es preciso mucho coraje y también mucho impulso de vida para pensar en tal elección.

Es una elección, la mayoría de las veces, movida por la desesperación, pero una elección que puede pasar por todos nosotros. No es una crisis o enfermedad, aunque algunos casos clínicos pueden ser más propensos a colaborar con el suicidio.

Sin embargo, a pesar de parecer aterrador e incluso imposible para la mayoría de las personas, el deseo de morir forma parte de todos nosotros , así como el de vivir, y uno necesita del otro diariamente. ¿Cuántas veces por fuerza de expresión no decimos expresiones como:

"Ay, quiero morir vi?"

"Nuestra necesidad de desaparecer, acabar con todo"

"O quería nacer de nuevo, no aguanto más".

Pero optamos por seguir vivos. Por supuesto que en estos casos se trata sólo de pequeños desahogos ya pesar de no significar ningún síntoma suicida, son sí expresiones que poseemos y que nos recuerdan que el fin es una posibilidad, pero optamos por no escogerla, tanto por instinto de supervivencia, como también por un tabú social que predica que debemos querer vivir siempre e independiente a cualquier condición.

  • Así podemos también pensar y entender que cuando una persona llega al acto suicida o intento de ella está hablando y mostrando que la regla social de vivir y sobrevivir a cualquier costo es insoportable, que estar vivo en esta condición puede significar estar más muerto en sí mismo y en el medio, de lo que si de hecho muriera.
  • ¿Por qué hablar sobre suicidio?
  • El conflicto de vida y muerte en el ser humano es una cuestión desde nuestro nacimiento y hasta nuestro morir y está presente o es hablado de forma disfrazada y camuflada en las más diferentes formas, reglas, cultos. Una persona suicida nos expone tal conflicto limítrofe de una forma mucho más real y clara y por eso tan aterradora.

El tema, la situación y esta realidad necesitan ser mirados de frente. El suicidio necesita ser hablado, oído y considerado para que todos podamos tratar con esa cuestión y quizá incluso ayudar a quien pasa por ella, encontrando medios o formas de revisar nuestras ideas y tabúes de vida y muerte y así, nos preocupamos menos con el, tiene que vivir, sino en ofrecer más condiciones saludables, acogedoras y vitales para todos aquellos que se sienten sin vida en sus vidas. Hay varios estudios y trabajos sobre esta cuestión y todos ellos muestran que:

Hay muchas más personas a nuestro alrededor con tales deseos de lo que sabemos o imaginamos, pudiendo incluso ser nosotros mismos uno de esos casos

Que estas personas presentan un punto común, que es un tamaño sufrimiento con su vida, tanto frente a su propio yo como frente al medio, a tal punto de sentirse vacío, fracasado, perdido, sin esperanza y por eso no encuentran motivo para continuar y por eso también morir puede ser un alivio, no tiene que ver con desistir, sino con defenderse de la angustia inmensa

Y que cuando estas personas reciben miradas, escuchas y acogidas hacia su Yo, pueden elegir de allí por delante la opción de seguir viviendo, pues pasan a vivir dentro de sí mismos, antes de estar vivos en el mundo

Las técnicas breves y enfocadas para evitar la muerte por suicidio son importantes inicialmente, pero su angustia necesita tiempo, mirada, vínculo, oportunidad de ser comprendido (muchas veces ni siquiera la persona se comprende conscientemente), oportunidad de ser visto, oportunidad de recibir inversión de vida, de amor y sólo entonces podrá aprender a ser y querer ser y por lo tanto un día a vivir y querer vivir.

  • Me quedo pensando, siempre que este tema o cuestiones similares surgen, en la importancia de quiénes somos, de donde y los tabúes nos dictan las reglas de nuestras vidas. ¿Qué mirada recibimos desde nuestro nacimiento? ¿Qué voz y palabras escuchamos o qué faltó? ¿Y qué oído nos escuchó (o no)? La mirada que recibimos del medio desde nuestro nacimiento, tiende a ser la mirada que vamos a buscar y repetir a lo largo de nuestra vida. Las faltas que tuvimos y tenemos también forman parte de nuestra construcción como Ser.
  • Y pienso que a veces la vida nos es inmensamente cruel, pero eso no significa que deseamos morir concretamente. Pero llego a comprender que estar vivo físicamente y al mismo tiempo sentirse muerto internamente debe ser de hecho el mayor dolor de angustia que uno puede sentir. Por lo tanto, como esperar que esa persona desee vivir?
  • Es necesario que alguien desee vivir por esa persona, desee aquella persona, para que entonces ella tenga alguna oportunidad de un día para encontrarse en sí mismo y entonces un día si lo desea a tal punto que valga la pena soportar los dolores que tal vida feliz, que debemos ser agradecidos nos impone.
  • Un tema para sentir y pensar mucho


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