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Entiende la relación entre dolor en la cadera y ejercicios

Entiende la relación entre dolor en la cadera y ejercicios

Una de las regiones que menos llaman la atención de los practicantes la actividad física regular, las caderas y la cintura pélvica deberían, al contrario, merecer especial cuidado por formar parte del centro, el "core". En el caso de que se produzca un cambio en la calidad de vida de la población, se debe tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, columna. Esta confusión puede traer errores de juicio y de conducta. Valorar el síntoma y asociar al movimiento que lo provoca es la gran salida para determinarse dónde es el origen anatómico del dolor, si caderas o columna.

Diferente de las rodillas que participan de los gestos de los deportes y cuando los pacientes impiden los movimientos, una peculiar participación estabilizadora de la cintura pélvica puede traer la falsa impresión de que los problemas allí sediados pueden convivir con la continuación de la actividad, deportiva o no. A veces sí, siempre exigiendo adaptaciones que no empeoren el problema. La mayoría de las veces no, sin embargo.

Ejercicios terapéuticos correctamente indicados y correlacionados a enfermedad diagnosticada en la región pueden traer beneficios a algunas enfermedades en las caderas, principalmente las de los tendones, músculos y bursas.

En estos casos, la secuencia de los ejercicios deben ser considerados y comprendidos como tratamiento y no entrenamiento. Deben buscar el equilibrio muscular agonista y antagonista, corregir las lateralidades e inclinaciones pélvicas y otras alteraciones mecánicas que interfieren en el movimiento, provocan fatiga precoz y dolor. Una vez compensado y el problema sanado, los ejercicios deben ser incorporados al programa de acondicionamiento.

Cuando optamos por mantener entrenamiento concomitante al tratamiento, debemos recordar que las caderas también son articulaciones de carga y sufren con el impacto de los ejercicios, del peso corporal y fuerza de reacción del suelo, de la misma intensidad del peso, pero en sentido contrario. Esto puede requerir la adaptación temporal del deporte o hasta el cambio de modalidad, dependiendo del problema diagnosticado y que debe ser corregido.

Algunas enfermedades se benefician de los ejercicios usados ​​de manera terapéutica pero no fisioterápica, o sea, incorporados al entrenamiento semanal de acondicionamiento físico. Tomemos como ejemplo la artrosis coxa femoral en grado que aún no tiene indicación de cirugía. Los ejercicios programados y hasta una cierta sobrecarga sobre las articulaciones pueden servir de estímulo para reducir el dolor y la incapacidad funcional, además de favorecer la pérdida de peso y el fortalecimiento muscular.

Para aquellos (principalmente aquellas) que atentan a la belleza del cuerpo, el cuerpo y el buen desarrollo de sus curvas, advertimos que las caderas pueden interrumpir el trabajo y llevar todo a perder cuando los excesos no respetan los límites individuales.

Uno de esos excesos ocurre en la musculación. Desarrollar los glúteos favorece las curvas pero puede provocar bursitis y tendinitis dolorosas e indeseadas, cuando mal ejecutado y planificado. Y interrumpir su trabajo para tratar el dolor significa perder todo en la mitad del tiempo que se lleva a la construcción. El resultado será evidente: transformar las curvas obtenidas con mucho sudor en línea recta, nuevamente.

Como siempre, prevenir es mejor que curar. Y si se respeta y se conoce el mejor camino.


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Mucha gente sueña con la tal "barriga chapada" y, por eso, muchos ejercicios para esta finalidad comenzaron a formar parte del entrenamiento de hombres y mujeres que desean tener la musculatura del abdomen cada vez más fuerte y malhada. Pero, ¿es posible conquistar beneficios que van más allá de la estética?

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La fractura por estrés puede ser definida como desgaste óseo que ocurre debido a la sobrecarga y ejercicios repetitivos de gran intensidad. Este tipo de fractura ocurre por fuerzas cíclicas repetidas que sobrepasan la resistencia máxima del tejido óseo. El hueso es sometido a una carga excesiva, sin respetar los principios de reposo y progresión de la actividad, y de este proceso se inicia una fractura de las partes internas del hueso con alteraciones fisiológicas que, si no se tratan, puede progresar para modificaciones anatómicas, es decir, para una fractura completa.

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